El objetivo principal de este módulo es sensibilizar y dotar al personal de seguridad privada con los conocimientos fundamentales sobre la salud mental en el contexto laboral, promoviendo así un ambiente de trabajo más saludable y productivo. A través de este curso, buscamos proporcionar herramientas prácticas y teóricas que les permitan identificar, comprender y manejar adecuadamente las diferentes facetas relacionadas con la salud mental en su entorno laboral. Esto incluye no solo reconocer los signos y síntomas de problemas de salud mental, como el estrés, la ansiedad o la depresión, sino también entender cómo estos pueden afectar el desempeño laboral y la seguridad personal. Además, se enfatizará la importancia de la autoconciencia emocional y se capacitará a los participantes en estrategias efectivas de autocuidado y gestión del estrés, con el objetivo de fomentar un equilibrio emocional y una mayor resiliencia ante los desafíos laborales cotidianos. En última instancia, se busca mejorar el bienestar general de los trabajadores de seguridad privada, fortaleciendo así la capacidad de la organización para mantener un entorno laboral seguro, saludable y positivo para todos sus empleados.
El alcance de esta sesión es proporcionar una comprensión integral y práctica sobre la salud mental, su importancia en el entorno laboral, y los factores que influyen en ella, especialmente para el personal de seguridad privada. La sesión cubrirá los conceptos básicos de la salud mental, incluyendo el bienestar emocional, psicológico y social, y cómo estos aspectos interrelacionados impactan en la capacidad de los individuos para manejar el estrés, trabajar de manera productiva y mantener relaciones saludables. Se enfatizará la importancia de la salud mental no solo como la ausencia de trastornos, sino como un estado positivo de bienestar que permite a los empleados enfrentar los desafíos cotidianos con resiliencia y efectividad.
Además, esta sesión abordará la importancia de la salud mental en el trabajo y cómo influye directamente en la eficiencia y productividad de las organizaciones. Se discutirán los beneficios de promover la salud mental en el lugar de trabajo, tales como la reducción del ausentismo, el aumento del compromiso y la mejora del clima organizacional. Particularmente, se explorará cómo estos factores son cruciales para el personal de seguridad privada, quienes deben manejar situaciones de alta presión y tomar decisiones críticas bajo estrés.
Finalmente, se identificarán los factores que influyen en la salud mental laboral, como el estrés, el ambiente de trabajo y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Se presentarán las señales de alerta de una mala salud mental, incluyendo cambios en el comportamiento, aumento del ausentismo, disminución del rendimiento laboral y problemas de concentración.
En el mundo laboral actual, la salud mental ha emergido como una parte fundamental para el bienestar integral de los empleados. La creciente atención a este aspecto no solo resalta su relevancia, sino que también refleja una comprensión más profunda de cómo la salud mental afecta todos los aspectos de la vida laboral y personal. En un entorno de trabajo cada vez más exigente y competitivo, mantener un buen estado de salud mental es esencial para lograr un rendimiento óptimo y una satisfacción personal sostenida.
El personal de seguridad privada enfrenta desafíos únicos y demandantes que pueden impactar significativamente su salud mental. Estos profesionales están en la primera línea de protección, enfrentando riesgos potenciales y situaciones de alta tensión que requieren una vigilancia constante y una capacidad de respuesta rápida y efectiva. La naturaleza de su trabajo, que a menudo implica horarios irregulares y la exposición a posibles peligros, hace que la salud mental sea un tema crítico que no puede ser ignorado.
En este contexto, una sólida comprensión de la salud mental es fundamental para que el personal de seguridad privada pueda desempeñar sus funciones de manera efectiva y saludable. La capacidad de manejar el estrés, mantener la concentración y tomar decisiones rápidas bajo presión son habilidades cruciales que dependen en gran medida del bienestar mental. Además, una buena salud mental contribuye a la resiliencia, permitiendo a estos profesionales recuperarse rápidamente de situaciones adversas y continuar con su labor de manera efectiva.
Esta primera sesión, tiene como objetivo proporcionar una base comprensiva y actualizada sobre los conceptos clave, la importancia y los factores que influyen en la salud mental en el entorno laboral. A través de esta introducción, los participantes podrán entender mejor qué es la salud mental, por qué es importante y cómo se ve afectada por diversos factores laborales. Este conocimiento es el primer paso para desarrollar estrategias efectivas que promuevan un entorno de trabajo saludable.
Además de entender los conceptos básicos, es crucial que los empleados de seguridad privada aprendan a identificar las señales de alerta de una mala salud mental. El reconocimiento temprano de problemas potenciales permite intervenciones a tiempo, evitando consecuencias más graves. La promoción de un entorno de trabajo que apoya la salud mental no solo beneficia a los empleados individualmente, sino que también mejora el desempeño general de la organización, reduciendo el ausentismo y aumentando la productividad.
En resumen, esta sesión introductoria busca establecer una comprensión básica pero sólida de la salud mental, preparando el terreno para explorar estrategias más específicas y prácticas en las sesiones posteriores. Al final de esta sesión, los participantes deberían estar equipados con el conocimiento fundamental para reconocer la importancia de la salud mental y comenzar a identificar formas de mantener y mejorar su bienestar mental en el ámbito laboral. La atención a la salud mental no es solo una responsabilidad individual, sino también una prioridad organizacional que contribuye al éxito a largo plazo.
Docente: Yeimy González, Psicóloga especialista en SST
La salud mental es un estado de bienestar integral que va más allá de la ausencia de enfermedades o trastornos mentales. Se trata de una condición en la cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede manejar las tensiones normales de la vida, trabajar de manera productiva y fructífera, y contribuir de forma positiva a su comunidad. Este amplio concepto abarca varios aspectos clave: el bienestar emocional, psicológico y social, cada uno de los cuales desempeña un papel crucial en la forma en que pensamos, sentimos y actuamos en nuestra vida diaria.
El bienestar emocional implica la capacidad de experimentar emociones positivas, mantener relaciones satisfactorias y manejar el estrés de manera efectiva. Es la base sobre la cual se construyen la resiliencia y la capacidad de recuperación ante los desafíos y adversidades de la vida. Un bienestar emocional sólido permite a las personas enfrentar los altibajos de la vida con una actitud positiva y equilibrada.
El bienestar psicológico, por otro lado, se refiere a la forma en que una persona procesa la información, toma decisiones y maneja sus pensamientos. Incluye la capacidad de resolver problemas, establecer objetivos y perseguirlos, y mantener una perspectiva clara y racional en situaciones complejas. Un buen estado psicológico permite a los individuos adaptarse a diferentes circunstancias, desarrollar habilidades de afrontamiento y mantener una actitud proactiva frente a los desafíos.
El bienestar social es otro componente esencial de la salud mental. Se refiere a la capacidad de formar y mantener relaciones saludables, comunicarse de manera efectiva y colaborar con los demás. Un fuerte bienestar social ayuda a las personas a sentirse conectadas y apoyadas, lo que a su vez contribuye a una mayor sensación de pertenencia y propósito en la vida. Las relaciones interpersonales positivas son fundamentales para el bienestar general, proporcionando una red de apoyo que puede ser crucial en momentos de estrés o crisis.
Es importante entender que estos tres aspectos de la salud mental están interrelacionados y se influyen mutuamente. Por ejemplo, un bienestar emocional sólido puede mejorar el bienestar psicológico al permitir una mejor gestión del estrés, mientras que un buen bienestar social puede reforzar el bienestar emocional al proporcionar apoyo y compañía. En conjunto, estos componentes forman una imagen completa de la salud mental, afectando todos los aspectos de la vida de una persona, desde sus relaciones personales hasta su rendimiento laboral.
Además, la salud mental afecta directamente cómo pensamos, sentimos y actuamos. Influye en nuestra capacidad para manejar el estrés, relacionarnos con los demás y tomar decisiones saludables. Una buena salud mental nos permite disfrutar de la vida, ser creativos y productivos, y enfrentar los desafíos cotidianos con una actitud positiva. Por el contrario, una mala salud mental puede llevar a una serie de problemas, incluyendo dificultades emocionales, trastornos del comportamiento y problemas de salud física.
En el contexto laboral, especialmente para el personal de seguridad privada, mantener una buena salud mental es crucial. Estos profesionales enfrentan situaciones de alta presión que requieren una toma de decisiones rápida y precisa. La capacidad de manejar el estrés, mantener la concentración y responder de manera adecuada en situaciones críticas depende en gran medida de un estado mental saludable. Por lo tanto, comprender y promover la salud mental no solo beneficia a los individuos, sino que también mejora la eficacia y la seguridad en el entorno laboral.
Para el personal de seguridad privada, una comprensión sólida y un enfoque proactivo hacia la salud mental son esenciales para desempeñar sus funciones de manera efectiva y saludable.
La salud mental en el trabajo es un aspecto que influye directamente en el bienestar de los empleados y en la eficiencia y productividad de las organizaciones. En un entorno laboral, la promoción de la salud mental no solo beneficia a los individuos, sino que también crea una cultura organizacional más saludable y efectiva. Para el personal de seguridad privada, cuya labor conlleva altos niveles de estrés y riesgos constantes, mantener una buena salud mental es particularmente crucial.
Uno de los principales beneficios de promover la salud mental en el lugar de trabajo es la reducción del ausentismo. Los problemas de salud mental, como el estrés, la ansiedad y la depresión, son algunas de las principales causas de ausentismo laboral. Cuando los empleados no se sienten mentalmente bien, es más probable que tomen días libres para recuperarse, lo que puede afectar negativamente la continuidad y la productividad del trabajo. Al fomentar un ambiente de trabajo que apoya la salud mental, las organizaciones pueden reducir significativamente el ausentismo, asegurando que los empleados estén presentes y capaces de desempeñar sus funciones de manera efectiva.
Además de reducir el ausentismo, un entorno laboral que promueve la salud mental también puede aumentar el compromiso y la motivación de los empleados. Los trabajadores que se sienten mentalmente saludables y apoyados en su lugar de trabajo tienden a estar más comprometidos con sus tareas y la misión de la organización. Este compromiso se traduce en una mayor productividad, mejor calidad del trabajo y una mayor lealtad hacia la empresa. Para el personal de seguridad privada, un alto nivel de compromiso es esencial, ya que sus roles requieren una atención constante y una disposición a responder rápidamente a cualquier amenaza potencial.
El clima organizacional también mejora cuando se prioriza la salud mental. Un entorno de trabajo que apoya el bienestar mental de sus empleados es generalmente más positivo y colaborativo. Esto crea un ambiente donde los empleados se sienten valorados y respetados, lo que a su vez fomenta una mejor comunicación y relaciones interpersonales más fuertes. En el sector de la seguridad privada, donde la cooperación y la confianza entre colegas son vitales para la eficacia operativa, un buen clima organizacional puede ser la diferencia entre una respuesta eficaz a una emergencia y una gestión inadecuada de una situación crítica.
Para el personal de seguridad privada, la importancia de mantener una buena salud mental no puede ser subestimada. Estos profesionales a menudo enfrentan situaciones de alta presión que requieren una vigilancia constante y la capacidad de manejar situaciones potencialmente peligrosas de manera rápida y efectiva. La exposición constante al estrés y al peligro puede tener un impacto significativo en la salud mental, lo que puede afectar negativamente su desempeño y, en última instancia, la seguridad de las personas y los bienes que protegen. Una buena salud mental permite a estos empleados mantener la calma, tomar decisiones acertadas bajo presión y recuperarse rápidamente de situaciones estresantes.
La salud mental también está estrechamente relacionada con la prevención del agotamiento profesional, o burnout, un problema común en profesiones de alta presión como la seguridad privada. El burnout o síndrome del quemado, se caracteriza por un agotamiento emocional y físico extremo, una disminución del rendimiento y una sensación de cinismo hacia el trabajo. Promover la salud mental puede ayudar a prevenir el burnout, proporcionando a los empleados las herramientas y el apoyo necesarios para manejar el estrés y mantener un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal.
La salud mental en el trabajo es de vital importancia tanto para el bienestar individual de los empleados como para la eficiencia y productividad de la organización. En el contexto del personal de seguridad privada, mantener una buena salud mental es esencial debido a la naturaleza estresante y demandante de su trabajo. Un entorno laboral que promueve la salud mental puede reducir el ausentismo, aumentar el compromiso y mejorar el clima organizacional, asegurando que estos profesionales estén en las mejores condiciones posibles para desempeñar sus roles críticos de manera efectiva y segura.
El estrés laboral es uno de los principales factores que afectan la salud mental en el trabajo y puede tener consecuencias significativas tanto para los empleados como para la organización. En el sector de la seguridad privada, el estrés puede ser particularmente agudo debido a la naturaleza del trabajo. Las largas jornadas laborales, la necesidad constante de estar alerta y la responsabilidad de proteger personas y bienes pueden generar niveles elevados de estrés crónico. Los profesionales de seguridad privada a menudo se enfrentan a situaciones de riesgo que requieren decisiones rápidas y precisas, lo que aumenta la presión y puede llevar al agotamiento mental y físico.
El estrés continuo puede manifestarse de diversas formas, incluyendo problemas de sueño, irritabilidad, dificultades de concentración y una disminución en la capacidad de tomar decisiones. Con el tiempo, el estrés crónico puede llevar a trastornos más graves como la ansiedad y la depresión. Es fundamental que las organizaciones reconozcan los signos de estrés en sus empleados y proporcionen recursos y apoyo para manejarlo. Esto puede incluir programas de manejo del estrés, capacitación en habilidades de afrontamiento y acceso a servicios de apoyo psicológico.
El ambiente de trabajo juega un papel crucial en la salud mental de los empleados. Un entorno de trabajo negativo puede deteriorar significativamente la salud mental, creando una atmósfera de angustia y desmotivación. Factores como el acoso laboral, la falta de apoyo entre colegas y supervisores, y un ambiente físico inseguro pueden contribuir a la angustia mental. El acoso laboral, o bullying, puede ser particularmente dañino, ya que crea un entorno hostil y de miedo que afecta la autoestima y la confianza de los empleados.
La falta de apoyo y reconocimiento por parte de los supervisores y colegas también puede afectar negativamente la salud mental. Los empleados que no se sienten valorados o respaldados son más propensos a experimentar estrés y desmotivación. Un ambiente físico inseguro, con condiciones de trabajo peligrosas o inadecuadas, puede aumentar el estrés y la ansiedad, afectando tanto la salud mental como física de los empleados.
Para mejorar el ambiente de trabajo, es esencial promover una cultura de respeto y apoyo. Esto incluye la implementación de políticas contra el acoso, la promoción de la comunicación abierta y la creación de un entorno físico seguro y cómodo. Fomentar el trabajo en equipo y el reconocimiento de los logros individuales también puede mejorar el clima laboral y contribuir al bienestar mental de los empleados.
El equilibrio entre el trabajo y la vida personal es otro factor crítico que influye en la salud mental laboral. La incapacidad de equilibrar las demandas del trabajo con las necesidades personales puede llevar a un agotamiento mental y físico, conocido como burnout. Los empleados que no pueden desconectar del trabajo y atender sus necesidades personales y familiares son más propensos a experimentar estrés, ansiedad y depresión.
Es fundamental fomentar prácticas que permitan a los empleados mantener un equilibrio saludable entre su vida laboral y personal. Esto puede incluir la implementación de horarios de trabajo flexibles, políticas de teletrabajo, y programas de bienestar que promuevan actividades recreativas y de relajación. Las organizaciones deben alentar a los empleados a tomar descansos regulares y vacaciones para recargar energías y reducir el riesgo de agotamiento.
Además, la promoción de un equilibrio trabajo y vida personal no solo beneficia a los empleados, sino también a la organización. Los empleados que tienen un buen equilibrio entre el trabajo y su vida personal son generalmente más felices, saludables y productivos. Están menos propensos a experimentar burnout y más inclinados a permanecer en la organización a largo plazo.
Reconocer las señales de alerta de una mala salud mental es fundamental para intervenir a tiempo y prevenir problemas más graves. Estas señales pueden manifestarse de diferentes formas y pueden variar entre individuos, pero hay algunos indicadores comunes que pueden señalar que un empleado está luchando con su salud mental.
Uno de los primeros indicadores de problemas de salud mental puede ser un cambio notable en el comportamiento de un empleado. Estos cambios pueden incluir una retirada social, donde el individuo se aísla de sus colegas y evita la interacción social. También puede haber un aumento en comportamientos de riesgo, como el consumo excesivo de alcohol o drogas. Otros cambios en el comportamiento pueden incluir una disminución en el cuidado personal, falta de motivación, y comportamientos impulsivos o erráticos. Es importante que los supervisores y compañeros de trabajo estén atentos a estos cambios y ofrezcan apoyo cuando sea necesario.
El aumento del ausentismo es otra señal de alerta importante. Los problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad, pueden llevar a que los empleados tomen más días libres debido a la incapacidad de enfrentar el trabajo. El ausentismo puede comenzar de manera gradual, con un aumento en las faltas por enfermedad o la solicitud de permisos no programados. Si no se aborda, esto puede llevar a una disminución significativa en la productividad y puede afectar la dinámica del equipo.
Una disminución en el rendimiento laboral es una señal clara de que un empleado puede estar luchando con problemas de salud mental. Esto puede manifestarse como una falta de atención al detalle, errores frecuentes, incapacidad para cumplir con los plazos y una disminución general en la calidad del trabajo. Los empleados que anteriormente eran productivos y eficientes pueden comenzar a mostrar signos de agotamiento y desmotivación. Es crucial que los supervisores reconozcan estos cambios y proporcionen el apoyo necesario para ayudar al empleado a mejorar su bienestar mental.
La irritabilidad y los problemas de concentración son síntomas comunes de problemas de salud mental. Los empleados pueden volverse fácilmente frustrados, mostrar cambios de humor y tener dificultades para concentrarse en sus tareas. Estos síntomas no solo afectan la productividad individual, sino que también pueden crear un ambiente de trabajo tenso y conflictivo. La irritabilidad y la falta de concentración pueden ser indicativos de condiciones como el estrés crónico, la ansiedad y la depresión.
Ignorar las señales de alerta de una mala salud mental puede llevar a consecuencias graves tanto para el individuo como para la organización. Una de las consecuencias más comunes es el agotamiento profesional o burnout. El burnout se caracteriza por un agotamiento emocional y físico extremo, una disminución del rendimiento y una sensación de cinismo hacia el trabajo. Los empleados que experimentan burnout a menudo se sienten abrumados y son incapaces de cumplir con sus responsabilidades laborales.
Además del burnout, la mala salud mental puede llevar a trastornos más graves como la ansiedad y la depresión. La ansiedad puede manifestarse como preocupación excesiva, miedo constante y síntomas físicos como palpitaciones y sudoración. La depresión puede incluir sentimientos persistentes de tristeza, pérdida de interés en actividades que antes eran placenteras, y problemas para dormir. Ambos trastornos pueden tener un impacto significativo en la capacidad del individuo para funcionar tanto en el trabajo como en su vida personal.
Las consecuencias de la mala salud mental no se limitan al individuo; también pueden afectar al equipo y a la organización en general. La disminución de la productividad, el aumento del ausentismo y la alta rotación de empleados pueden generar costos significativos para la organización. Además, un ambiente de trabajo donde los problemas de salud mental no se abordan puede crear una cultura de desmotivación y desconfianza, afectando negativamente el clima organizacional.
Para prevenir estas consecuencias, es esencial intervenir a tiempo y proporcionar el apoyo necesario. Las organizaciones deben implementar programas de bienestar que incluyan acceso a servicios de salud mental, capacitación en habilidades de afrontamiento y un entorno de trabajo que promueva la comunicación abierta y el apoyo mutuo. Los supervisores deben estar capacitados para reconocer las señales de alerta y saber cómo abordar las conversaciones sobre salud mental con sensibilidad y comprensión.
El reconocer y abordar las señales de alerta de una mala salud mental es crucial para el bienestar de los empleados y la salud general de la organización. Las intervenciones tempranas y el apoyo adecuado pueden prevenir problemas graves y crear un entorno de trabajo donde los empleados se sientan valorados y respaldados. Para el personal de seguridad privada, esto es particularmente importante, ya que su capacidad para desempeñar sus funciones de manera efectiva y segura depende en gran medida de su bienestar mental.
La salud mental es indudablemente fundamental en el bienestar integral de los trabajadores, especialmente en contextos laborales de alta presión como el del personal de seguridad privada. Esta primera sesión ha establecido que la salud mental no solo implica la ausencia de enfermedades o trastornos mentales, sino que también abarca un estado de bienestar emocional, psicológico y social. Comprender esta amplia definición es esencial para apreciar la complejidad y la importancia de mantener una buena salud mental en el ámbito laboral.
La conexión entre la salud mental y el rendimiento laboral es innegable. Los empleados mentalmente saludables son más productivos, creativos y comprometidos con sus tareas. Esta sesión ha destacado que un entorno laboral que promueve la salud mental puede reducir significativamente el ausentismo, aumentar la motivación y mejorar el clima organizacional. Para el personal de seguridad privada, la capacidad de manejar el estrés, mantener la concentración y responder adecuadamente en situaciones críticas depende en gran medida de su estado mental. Por lo tanto, fomentar un ambiente de trabajo que apoye el bienestar mental no solo beneficia a los empleados individualmente, sino que también asegura una mayor eficacia y seguridad en sus roles.
Es crucial reconocer las señales de alerta de una mala salud mental para intervenir a tiempo y prevenir problemas más graves. Cambios en el comportamiento, aumento del ausentismo, disminución del rendimiento laboral, irritabilidad y problemas de concentración son indicadores clave que deben ser observados. Ignorar estas señales puede llevar a consecuencias severas como el burnout, la ansiedad y la depresión. Esta sesión ha subrayado la importancia de que los supervisores y compañeros de trabajo estén atentos a estos síntomas y ofrezcan el apoyo necesario. La intervención temprana es vital para evitar que estos problemas afecten negativamente tanto al individuo como a la organización.
Es así como el estrés laboral, el ambiente de trabajo y el equilibrio entre trabajo y vida personal son factores determinantes que influyen en la salud mental de los empleados. En el sector de la seguridad privada, el estrés puede ser particularmente elevado debido a las largas jornadas y la constante necesidad de estar alerta. Un ambiente de trabajo negativo puede deteriorar la salud mental, mientras que la incapacidad de equilibrar las demandas laborales con las necesidades personales puede llevar al agotamiento. Las organizaciones deben reconocer estos factores y tomar medidas para mitigarlos, proporcionando recursos y apoyo adecuados para manejar el estrés, crear un ambiente de trabajo positivo y fomentar un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal.
La intervención y el apoyo organizacional son esenciales para mantener y mejorar la salud mental de los empleados. Implementar programas de bienestar que incluyan acceso a servicios de salud mental, capacitación en habilidades de afrontamiento y un entorno de trabajo que promueva la comunicación abierta y el apoyo mutuo puede marcar una gran diferencia. Los supervisores deben estar capacitados para reconocer las señales de alerta y saber cómo abordar las conversaciones sobre salud mental con sensibilidad y comprensión. Estas medidas no solo previenen problemas graves, sino que también crean un entorno de trabajo donde los empleados se sienten valorados y respaldados, lo que es crucial para el personal de seguridad privada cuya efectividad y seguridad dependen en gran medida de su bienestar mental.
En conclusión, la salud mental en el trabajo es un componente esencial para el bienestar individual y la productividad organizacional. Especialmente para el personal de seguridad privada, comprender y promover la salud mental es fundamental para desempeñar sus funciones de manera efectiva y saludable. Esta sesión ha proporcionado una base comprensiva y actualizada sobre los conceptos clave, la importancia y los factores que influyen en la salud mental en el entorno laboral, sentando las bases para un enfoque proactivo y efectivo hacia el bienestar mental en el trabajo.
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